27-07-2016, 19:47
Reavivamos este hilo con un tema candente: la amenaza yihadista. Para centrar el debate habría que distinguir entre el Islam -con musulmanes más o menos conservadores, como en toda religión- y la yihad, conformada por aquellos musulmanes más radicales dispuestos a derramar sangre en nombre de Ala. Y ojo, porque la yihad del ISIS -principal institución organizada precursora en la actualidad- no solo amenaza la sangre de "infieles" occidentales sino que también -y estas son sus víctimas mayoritarias- la de sus compañeros de fe no radicalizados a los que combaten (chiies o suniies no radicalizados entre otros). Por lo tanto, se debe descartar la dicotomía Occidente vs Islam, pues supondría entre otras cosas caer en la dialéctica de los propios terroristas y hacerlos valedores de la representación del mundo islámico al que en parte torturan, crucifican, secuestran, violan, asesinen y un largo etcétera de atrocidades. Esta línea, con mayores o menores matizaciones, es la seguida por la izquierda política de nuestro país y la que brillantemente ha defendido el Papa Francisco en recientes declaraciones a colación del degollamiento del párroco francés:
http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/2...b466e.html
Un discurso bien lúcido que pretende situar al mundo islámico -a gran parte de él- y de paso al resto de Iglesias y confesiones como aliados y garantes de la paz mundial. Personalmente soy agnóstico pero considero la figura del papa Francisco como una inspiración a la hora de tratar los asuntos de política global y su pontificado así lo está demostrando situándose en las antípodas del de Juan Pablo II.
En cuanto a cómo cortar "la cabeza de la serpiente" en este punto me separo de las tesis inmovilistas. Personalmente creo que para combatir eficazmente esta amenaza hay que adoptar una serie de medidas acordes a ella, es decir, legislar y adaptar la legislación a la misma. En todo caso las reformas legislativas deben de ser proporcionales, justificadas y coherentes con nuestro ideario europeo común de valores y derechos humanos, que son innegociables. ¿Qué medidas adoptaría yo? De pronto se me ocurren 3: 1. control de los ciudadanos que viajen a Siria con necesaria justificación del motivo de esos viajes y acreditación del mismo. En casos excepcionales, si queda acreditada que el objetivo era unirse a las filas del ISIS que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado actúen en consecuencia; 2. Y una de las actuaciones, y sé que polémica, podría pasar por las deportaciones específicas. Determinados ciudadanos que reiteradamente incidan en delitos menores o se muestren simpatizantes del terrorismo debería de ser deportados. Eso para los que no han adquirido la nacionalidad española, para los que la han adquirido endurecer el código penal con tipos específicos que castiguen el terrorismo islámista; 3. Fiscalizar y en su caso castigar los mensajes de ciertos imanes radicalizados. No obstante los terroristas no dejan de ser chavales manipulados por estos señores que son los auténticos instigadores de mensajes de odio hacia Europa y sus valores. Creo, y no sé muy bien cómo y entiendo que podría ser difícil, que debería controlarse el discurso radicalizado de estos imanes y por supuesto si incurren en un delito de odio castigarlos por los mismos.
Y nada, a ver si os animáis y comentáis qué os parece a vosotros.
http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/2...b466e.html
Un discurso bien lúcido que pretende situar al mundo islámico -a gran parte de él- y de paso al resto de Iglesias y confesiones como aliados y garantes de la paz mundial. Personalmente soy agnóstico pero considero la figura del papa Francisco como una inspiración a la hora de tratar los asuntos de política global y su pontificado así lo está demostrando situándose en las antípodas del de Juan Pablo II.
En cuanto a cómo cortar "la cabeza de la serpiente" en este punto me separo de las tesis inmovilistas. Personalmente creo que para combatir eficazmente esta amenaza hay que adoptar una serie de medidas acordes a ella, es decir, legislar y adaptar la legislación a la misma. En todo caso las reformas legislativas deben de ser proporcionales, justificadas y coherentes con nuestro ideario europeo común de valores y derechos humanos, que son innegociables. ¿Qué medidas adoptaría yo? De pronto se me ocurren 3: 1. control de los ciudadanos que viajen a Siria con necesaria justificación del motivo de esos viajes y acreditación del mismo. En casos excepcionales, si queda acreditada que el objetivo era unirse a las filas del ISIS que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado actúen en consecuencia; 2. Y una de las actuaciones, y sé que polémica, podría pasar por las deportaciones específicas. Determinados ciudadanos que reiteradamente incidan en delitos menores o se muestren simpatizantes del terrorismo debería de ser deportados. Eso para los que no han adquirido la nacionalidad española, para los que la han adquirido endurecer el código penal con tipos específicos que castiguen el terrorismo islámista; 3. Fiscalizar y en su caso castigar los mensajes de ciertos imanes radicalizados. No obstante los terroristas no dejan de ser chavales manipulados por estos señores que son los auténticos instigadores de mensajes de odio hacia Europa y sus valores. Creo, y no sé muy bien cómo y entiendo que podría ser difícil, que debería controlarse el discurso radicalizado de estos imanes y por supuesto si incurren en un delito de odio castigarlos por los mismos.
Y nada, a ver si os animáis y comentáis qué os parece a vosotros.